Durante un incendio, o después del mismo, existe el riesgo de exposición al hollín, al monóxido de carbono, al ácido acético y a los HAP (Hidrocarburos Aromáticos Policíclicos) que son cancerígenos probados. Además, esta exposición también puede provocar estrés y dolores de cabeza, náuseas, irritación de los ojos y la garganta, falta de aliento y fatiga. También puede provocar problemas respiratorios y enfermedades cardiovasculares.